Si bien es cierto que no existe una fórmula mágica para aprender a desconectarte, pero desde todos los ámbitos de la psicología se destacan los beneficios que el descanso y las vacaciones de verano, tienen para la salud mental.



 

Pues darte una pausa mejora tus capacidades y destrezas. Pero, estos descansos, no necesariamente deben significar viajes fuera de la ciudad, incluso expertos aseguran que con el simple hecho de lograr soltar los afanes cotidianos, como olvidarte del teléfono y no revisar el mail, puedes lograr los mismos efectos.

En este articulo te compartimos estrategias para conseguir un desconexión total y así recargar tus energías.

Adelanta, delega o pospón tu trabajo antes de salir


Antes de salir, asegúrate de que todo está en orden y asigna una persona para asumir tus responsabilidades durante tu ausencia. Obviamente, avisa a todos tus contactos de tus vacaciones y configura tu email para reenviarlo todo a la persona responsable.

Céntrate en el aquí y ahora


Date permiso para disfrutar de tu tiempo de ocio, centrándote en el aquí y ahora y viviendo lo que te está pasando en el momento presente con todos tus sentidos. Cuando tus pensamientos se desvían al trabajo, toma nota y dirígelos a tu actividad actual.

Haz lo que te gusta hacer


Aprovecha tu viaje para hacer algunas de esas cosas que tanto te gustan y te resulta difícil a lo largo del año. ¿Tus compañeros de viaje han decidido ir a un museo y a ti no se te apetese ni un poco? No tienes por qué seguirles. Atrévete a decir que no y haz lo que realmente te apetece hacer.

Disminuye el uso de la tecnología


En especial el móvil es un arma de doble filo. Por un lado te ayuda a buscar el mejor restaurante de la zona o para compartir tu sonrisa con la familia, pero también estás a solo un clic del email de trabajo.

¿Por qué no tomas unas vacaciones de los dispositivos electrónicos? Realmente no los necesitas y verás que disfrutas más sin ellos.

No eres imprescindible


Acuérdate de que nadie es imprescindible. No es necesario revisar el correo constantemente ni escribir a compañeros ni jefes sobre si todo va bien, pueden sobrevivir sin nosotros.

Desactiva el email de trabajo


Cuando es inevitable utilizar el móvil durante tus vacaciones, elimina al menos la configuración del email de trabajo para no caer en la tentación. Si necesitas mirar urgentemente algún email, tendrás que recurrir a un ordenador.

Cambia tus rutinas


Haz cosas nuevas, levántate más tarde, saborea las comidas, disfruta de los baños, de los helados, haz deporte, pasea, lee, aprende algo nuevo, y no estés dándole vueltas a aquello que tienes que hacer a la vuelta. Si estás así tu cuerpo se ha ido de vacaciones, pero tu mente no.

Busca una buena compañía


Rodéate de personas con las que compartas aficiones. Así tendrás temas en común para hablar y no pensarás en tus responsabilidades de trabajo.

Descansa adecuadamente


No te excedas pero tampoco reduzcas tus horas de sueño. No vuelvas de vacaciones más cansado de cómo te fuiste.

Planifica el regreso


Planifica tu regreso del viaje uno o dos días antes de comenzar a trabajar. Así tendrás tiempo suficiente para recuperar la rutina, organizarte y volver descansando al trabajo.

Captura tus ideas, cuando descansas eres más creativo


Curiosamente cuando no estás tan enfocado en tus tareas es cuando tu cerebro saca toda su creatividad y te presenta con las ideas más brillantes. La solución es fácil: captura la idea en una libreta. Luego, cuando vuelves a la oficina podrás procesar todas estas ideas fantásticas.

Sé valiente, haz la prueba y desconéctate completamente


Aunque crees que no te lo puedes permitir, verás que es posible si te comprometas de verdad.Si realmente tienes que trabajar, quédate en la oficina; si quieres recuperar la energía perdida durante el año, entonces vete de vacaciones y recupera tu bienestar.

En definitiva, saber disfrutar del ocio es imprescindible para rendir adecuadamente cuando retomas tus obligaciones.

 

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